Trabajando en el Merrimack… fuera y dentro del agua
Un HP 25000 (HP 18000 para mercados distintos al norteamericano) ha completado la demolición de un gran pilar del puente John Greenleaf Whittier, que cruzaba el río Merrimack, y que fue desmantelado para sustituirlo por una nueva estructura.
Construido en 1951, el puente John Greenleaf Whittier atravesaba el río Merrimack, en el estado de Massachusetts, a la altura de las poblaciones de Amesbury, en el lado sur, y Newburyport, en el lado norte. Se trataba de un clásico puente de la época, totalmente construido en acero, con vigas reticulares de varios tipos y dimensiones. La estructura, que hacía tiempo que se encontraba en pésimo estado, ha sido demolida y sustituida por dos nuevos puentes paralelos. El primero, en dirección norte, ya ha sido abierto para permitir el tráfico en ambas direcciones. El puente que va en dirección sur, cuya construcción se está finalizando, se abrirá a la circulación en julio de 2018, permitiendo así redistribuir el tráfico entre ambos trazados.
Un campeón de la productividad sustituye al explosivo.
El Departamento de Trasportes de Massachusetts (MassDOT), mandante de la obra, desde la redacción de las condiciones, exigió el menor impacto ambiental posible, tanto durante la construcción de las nuevas estructuras, como en todas las fases de demolición de la antigua. Una vez seccionados y retirados los diversos elementos estructurales de acero, era necesario proceder a la demolición de los pilares. El trabajo se adjudicó a Atlantic Coast, de Saugus (Massachusetts), una empresa especializada en trabajos de desmantelamiento de estructuras realizadas en entornos portuarios y sobre cursos de agua. Para afrontar esta importante intervención, Atlantic Coast, que nunca había comprado ni utilizado martillos Indeco, decidió adquirir un HP 25000 FS, acoplándolo a un Komatsu PC 1250, que ha trabajado desde una gabarra amarrada junto al pilar. El martillo HP 25000 FS estándar fue equipado con un kit subacuático Indeco en las instalaciones de Indeco North America y ha sustituido totalmente al explosivo que, visto el volumen del pilar, probablemente habría sido la única solución considerada si las restricciones impuestas por el mandante no hubiesen impedido su empleo. La aplicación, por ello, fue especialmente difícil, además de que, como suele ocurrir en las demoliciones subacuáticas, el operador no siempre podía ver bien dónde situaba el martillo, acabando inevitablemente por dañar la estructura sumergida o bien su propia herramienta, sometiendo a una dura prueba la resistencia de la misma. A pesar de las condiciones de trabajo, el HP 25000 FS ha demostrado sus capacidades, y ha sido capaz de demoler un elemento estructural particularmente grande y voluminoso (unos veinticuatro metros de largo, más de dos metros de ancho en la parte superior y casi cuatro en la inferior). El pilar, además, estaba hecho de cemento armado de una gran dureza (con resistencias a la compresión quizá superiores a 40 MPa) y estaba revestido con grandes bloques de granito que dificultaron aun más el trabajo.
Pensado para canteras, ideal para demoliciones más exigentes.
Desde que Indeco, a comienzos de los años 2000, decidió lanzar una línea de grandes martillos, comenzando con la producción del HP 12000 y poco después con el HP 18000 (respectivamente HP 16000 y HP 25000 para el mercado norteamericano), se ha orientado a herramientas cuyo uso previsto era principalmente en canteras, como sustituto del explosivo o, como mucho, para realizar grandes desplazamientos de tierra necesarios para la construcción de infraestructuras en áreas caracterizadas por la presencia de rocas de alta resistencia. Gracias a estos dos modelos, Indeco se ha convertido a día de hoy en la referencia mundial para el segmento de mercado que requería, precisamente, herramientas de potencias y dimensiones superiores a las disponibles inicialmente. A pesar del éxito obtenido en las aplicaciones para las que fueron creados y la complicación de transportar las excavadoras a las que se deben acoplar (de entre 45 y 140 toneladas), estos dos “colosos” han demostrado ser extremadamente eficaces también en la demolición de grandes estructuras, como precisamente la realizada en el pilar del puente del río Merrimack. Casos recientes, también en Estados Unidos, son el desmantelamiento de la central nuclear de Zion (Illinois), donde se utilizaron dos HP 25000, y la de los pilares del puente Kosciuszko, donde se utilizaron otros dos HP 16000 para reducir los tiempos de trabajo necesarios para demoler elementos estructurales de grandes dimensiones. Estas aplicaciones han demostrado, por tanto, que la eficacia, productividad y fiabilidad de estos dos modelos ya se reconoce fuera del mundo de la minería, y han abierto el camino hacia nuevas técnicas de demolición.